Charlas de locos

Me he detenido muchas veces
las paradas casi siempre son maneras de regeneración
pero antes de hablar de crecimiento, prefiero ser honesta con la destrucción de esas pausas
mi mente es matadero de chivo, hay sangre por todos lados
las voces gritan y los fantasmas asustan
mi cuerpo por otro lado, solo actua para golpear mi pierna o mi pecho
mis ojos tienen tormentas eléctricas, cuya posterior hinchazón habla de su presencia
en algún punto, antes del paro cardíaco, escucho un pitido
el habla de las palabras que vendrán
Se acabó, ya basta, se acabó
después de eso vienen horas de quietud, sencillamente no puedo moverme
si no fuera por la música, diosa del Olimpo, mis neuronas tampoco irían a trabajar
ellas también se tomarían la detención
después de pensarlo todo, de casi auto destruir todo, mis sueños y mi propia personalidad
yo sencillamente me dedico a dormir, sueños en negro, sueños de ciegos
viajo en el tiempo y hablo con doña Cecilia, quién me permite visitar a la niña
a veces ella no puede entender lo que le digo, ella sonríe, ella piensa que soy tonta
me pregunto si, continuaría contando los días sin esos días
la última detención fue ayer, cada vez soy más fuerte, pude armar un rompecabezas
desde aquel día, hace ya cuatro años, vivo con miedo del cuarto del fondo, el fondo de la azotea
Ese día, hace cuatro años, me quedé ahí por días, no podía ver nada
recuerdo que tenía los ojos pegados, de tan poco uso
mi cuerpo estaba frío
mi corazón iba lentico
me juré que más nunca me quedaría allí tanto tiempo
y me he cumplido
he vivido 6351 días
ella vivió 36257 días
no cuántos me quedan
la muerte llegara, doña Cecilia un día me dejará
pero cuando llegue, quiero que sepa lo que se lleva
y yo también
no dejaré de luchar, pues es todo lo que tengo 
igualmente ella se ira y no importa cuanto la llame, ella no se adelantara





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